Convivencia como docente
En el colegio donde he estado realizando mis prácticas (5 de febrero a 26 de abril de 2024) ha sido en mi antiguo colegio donde yo estudié. Todo ello, hace que tenga el recuerdo de la buena relación y vínculo que existía entre mis antiguos maestros. Decir que en las prácticas anteriores y las de este año, seguían impartiendo clase antiguos profesores que me habían dado clase anteriormente. Por lo que, esa confianza y seguridad de ser entendida, comprendida y ayudada por ellos la sentí desde el primer día en que llegué.
Por otro lado, durante todos estos meses, he podido observar el compañerismo y la solidaridad que se respiraba en el centro. Pues, si bien es cierto, la gran mayoría era un profesorado joven y actualizado y entre ellos se entendían a la perfección. Todos se ayudaban entre todos, se informaban de los problemas de convivencia que vivían en sus aulas o cómo habían gestionado y solventado algunas situaciones con las familias. Todo ello, creaba un ambiente cercano, familiar y seguro. Generalmente, todos estos temas solían ser abordados en la sala de profesores del recreo; entre cafés, dulces o bizcochos. Todo ello, animaba a compartir tus experiencias, opiniones o perspectivas sobre el alumnado.
En mi caso y en el de mis compañeras de prácticas, nos han tratado desde el minuto uno, como un miembro más de esa plantilla. Nos han involucrado desde el primer momento, haciéndonos partícipes de esta experiencia tan bonita y enriquecedora. Siempre atentos de nosotras y gran parte de nuestros aprendizajes se reflejaban en situaciones que ellos habían vivido y nos habían comentado; en sustituciones, consejos escolares...etc.
CONCLUSIÓN:
Como futura docente pienso que los cuatro pilares que un buen docente debe poseer son: la cooperación, el compañerismo, la solidaridad y la empatía. Ya que, el rol que desempeña el docente en la escuela es entender y comprender a sus compañeros. De lo contrario, se formará un caos, ya que si todos desempeñan su trabajo de forma; autónoma; de forma aislada; sin haber un previo consenso, repercutiría negativamente en el alumnado, ya que no se desarrollarían proyectos, no se organizarían excursiones... etc. Por lo tanto, considero que un buen docente debe ser humilde, debe tener esa inquietud por querer ayudar al resto y adaptarse siempre a las situaciones que se den en el momento. Dejando el egoísmo, la competitividad y el narcisismo a un lado. Ya que para ello, existen otras profesiones donde recogen todos estos aspectos. Pero no el de ser doncente.